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Bienestar animal: la nueva exigencia del consumidor colombiano

La industria avícola comienza a adaptarse a una demanda que ya no es marginal

Una encuesta realizada por Radar arrojó un dato revelador: el 94% de los colombianos prefiere comprar productos de marcas que garanticen el bienestar animal. Más allá del número, la cifra confirma una tendencia que viene cobrando fuerza en América Latina y el mundo: los consumidores no solo observan el precio o la calidad de un alimento, también preguntan cómo fue producido.

En un país donde la proteína aviar representa más del 40% del consumo de carne, este cambio en el comportamiento del consumidor podría tener consecuencias profundas para el sector. Y algunas marcas ya están respondiendo.

El caso Friko

Una de ellas es Friko, que recientemente recibió el Sello Avícola de Sostenibilidad en categoría Diamante, una certificación entregada por ICONTEC con respaldo de Fenavi, que evalúa prácticas relacionadas con el bienestar animal, el impacto ambiental, los estándares laborales y la sostenibilidad económica. Es la máxima distinción del sector avícola colombiano.

La marca, con más de cuatro décadas en el mercado, sostiene que ha transformado su modelo productivo en torno a una filosofía que llama “el arte del buen hacer”. En la práctica, esto se traduce en garantías de agua potable, nutrición balanceada y hasta la implementación de música ambiental en los galpones, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las aves y de los trabajadores.

El sello recibido implica auditorías técnicas y protocolos que validan los avances en estas áreas. No obstante, aún hay un largo camino para que estas prácticas se vuelvan la norma, y no la excepción, dentro del sector.

Una tendencia en crecimiento

Organizaciones como World Animal Protection y la FAO han documentado cómo la preocupación por el bienestar animal se ha intensificado en los últimos años, particularmente entre consumidores jóvenes y urbanos. En países europeos, esta presión ha llevado a cambios legislativos, campañas de etiquetado y transformaciones en las cadenas de abastecimiento de grandes superficies.

En Colombia, el fenómeno empieza a permear de manera más visible. Según la misma encuesta realizada por Radar, el 61% de los colombianos cree que un pollo tratado dignamente tiene mejor sabor y propiedades nutricionales, una percepción que mezcla razones éticas con consideraciones prácticas. Es un consumidor carnívoro consciente, quien disfruta de la proteína animal pero exige códigos éticos en la producción para consumirla.

Además del trato a los animales, el consumidor también está valorando otros factores como la trazabilidad del producto, el impacto ambiental de la cadena productiva y la formalización laboral. En este sentido, Friko ha señalado avances en energías limpias —con la instalación de paneles solares— y en el uso de materiales biodegradables o reutilizables, como la cascarilla de arroz.

El desafío para la industria

Pese a estos avances, el sector avícola enfrenta retos estructurales. La informalidad y la escasa vigilancia sobre las prácticas de crianza dificultan la adopción de estándares más exigentes.

En este contexto, certificaciones como la otorgada a Friko funcionan como señales de cambio y podrían contribuir a establecer nuevos parámetros en la relación entre productores, marcas y consumidores. Pero también invitan a la discusión sobre qué tipo de sistema alimentario queremos construir.

¿Excepción o punto de partida?

La pregunta ahora no es si estas iniciativas deberían existir, sino cómo podrían convertirse en norma y no en excepción. ¿Está la industria preparada para que el bienestar animal sea un estándar más allá de las exigencias regulatorias?.

Este comportamiento ya no es una tendencia emergente, sino una exigencia de nuevos consumidores más conscientes, informados y comprometidos con las causas que respaldan. En ese escenario, serán las marcas que han actuado con coherencia, autenticidad y valores reales desde el principio las que marcarán el camino. Las que abracen causas genuinas y las mantengan de forma consistente en el tiempo no solo estarán haciendo lo correcto, sino construyendo una relación más sólida, sostenible y significativa con sus clientes.

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