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Rodando con orgullo: Coca-Cola rinde homenaje a los conductores que conectan a Colombia

En el marco de la campaña “Comparte una Coca-Cola”, diez camiones de la compañía fueron personalizados con los nombres y virtudes de sus conductores, reconociendo sus trayectorias y el papel que cumplen en la conexión de comunidades a lo largo del país.

Bogotá, agosto de 2025. En las carreteras de Colombia, cada día transitan miles de vehículos de carga. Sin embargo, detrás de cada volante hay historias que, aunque invisibles para muchos, mueven más que productos: mueven vínculos, recuerdos y oportunidades. Consciente de ello, Coca-Cola ha lanzado una iniciativa que busca visibilizar y rendir homenaje a quienes hacen posible que sus bebidas lleguen a cada rincón del país, reconociendo el esfuerzo y la dedicación que implica recorrer, bajo sol o lluvia, las rutas que conectan al país.

Como parte de esta acción, diez camiones fueron rotulados con los nombres y virtudes que mejor representan a sus conductores. Inscripciones como “Berraquera”, “Camellador” o “Echado pa’lante” se convirtieron en símbolos rodantes de valores como la constancia, la resiliencia y la cercanía: cualidades que forman parte de la esencia personal y profesional de estos trabajadores.

Uno de ellos es Jorge Alirio Ruiz Fuentes, con 38 años de servicio en la compañía. Nacido en Contratación, Santander, su historia está marcada por el esfuerzo desde temprana edad. Tras la muerte de su padre, trabajó en labores agrícolas y ganaderas hasta que, a los 18 años, llegó a Bogotá en busca de nuevas oportunidades. En Coca-Cola inició como ayudante y, con el tiempo, se convirtió en conductor. Hoy, su camión lleva la palabra “Berraquera” como homenaje a la fuerza que lo ha guiado en su vida y a su compromiso con la empresa.

Jonathan Andrés Rosales, conductor identificado como “Camellador”, creció en un pequeño pueblo del sur de Nariño antes de trasladarse a Bogotá. Comenzó en Coca-Cola como ayudante a los 18 años y, con esfuerzo y disciplina, se convirtió en aliado y conductor. Su labor le ha permitido apoyar a su familia, impulsando los estudios de su hermana y acompañando a su esposa en su desarrollo profesional. Para Jonathan, el reconocimiento en su camión es una validación pública de años de trabajo silencioso.

Carlos Torres Molina, “Echado pa’lante”, encontró en la conducción de camiones de Coca-Cola no solo una fuente de ingresos, sino una vocación. Su vínculo con la compañía comenzó en la infancia, inspirado por su padre y su tío, quienes también trabajaron en la empresa. Independiente desde los 16 años, valora especialmente la cercanía con los clientes y la oportunidad de interactuar con las comunidades que visita. El día en que conoció el diseño de su camión coincidió con su boda, convirtiéndose en un momento de doble significado personal.

María Teresa Pérez, directora de marketing de Coca-Cola para Colombia y Venezuela, afirmó: “Queremos reconocer a quienes hacen posible que nuestros productos lleguen a cada rincón. Estos camiones son un símbolo de gratitud y admiración hacia las personas que, con su trabajo diario, generan conexiones reales y contribuyen al bienestar de las comunidades”.

En los próximos días, estos camiones cumplirán sus rutas habituales por ciudades como Bogotá, Leticia, Medellín, Barranquilla y Cali, rodando con un mensaje que inspira y nos recuerda que lo que compartimos en la mesa empieza con un viaje lleno de compromiso y corazón, y convirtiéndose en recordatorios visibles de que detrás de cada entrega hay un esfuerzo humano que merece ser reconocido.

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